Legislativas 2022: participación femenina y vientos de cambio

Por: Juliana Uribe

 


El pasado 27 de diciembre la Registraduría cerró las inscripciones para las elecciones legislativas que se llevarán a cabo el próximo 13 de marzo; con un total de 2.835 postulantes al Congreso, se iniciará un camino para elegir las 102 curules al Senado y 182 a la Cámara de Representantes. 

Muchos de los nombres que encabezan las listas no sorprenden; vemos varios candidatos que algunos partidos y coaliciones ya habían previsto estarían entre los primeros puestos de sus listas, pero ¿qué pasa también con las candidatas?

En el 2020 se modificó el Código Electoral, el cual establece que las listas tanto de la Cámara de Representantes como del Senado deben estar conformadas al menos por un 50% de mujeres, para promover la paridad de género y la participación equitativa en estos escenarios. 

Del total de las personas inscritas para estas elecciones, 1.132 son mujeres, es decir apenas un 39% de lo estipulado en la modificación del Código Electoral (la cual en cifras debería haber rondado 1.417 inscritas, es decir un 50%). Si bien, este porcentaje representa un avance a comparación del 19,7% que se registró en las pasadas elecciones, para lograr la esperada paridad de género de forma participativa y activa es necesario seguir persistiendo en garantizar que los partidos políticos, tengan la mitad de las listas conformadas por mujeres. 

Este asunto es un compromiso que deben asumir a nivel interno cada uno de los partidos políticos, organizaciones y coaliciones, no por dar cumplimiento a la normatividad, sino por demostrar el interés real en cambiar, tomar acción y demostrar que desde los puestos donde se toman las decisiones existe la intensión de brindar oportunidades de forma equitativa, y así eliminar aquel estereotipo en el que una mujer no suele ser vista en posiciones de poder. 

Solucionar esta situación es una de las muchas tareas que existen de cara a cambiar la estructura de esta sociedad y asegurar un cambio en las formas tradicionales de hacer política. Un caso especial en este sentido es el movimiento Estamos Listas quienes le apuestan a un rol de las mujeres mucho más protagónico, a la construcción colectiva y al feminismo dentro de la política electoral con candidatas experimentadas, preparadas y con capacidad de incidencia en su entorno. 

Estamos Listas apareció por primera vez en la política en las elecciones locales de Medellín en el 2019, en las que obtuvo una curul para el Consejo local y ahora, con 11 mujeres que tienen toda la capacidad para ocupar un lugar en el Senado y demostrar que el feminismo y la acción social son aspectos indiscutibles que hacen parte de su fórmula para transformar la política en Colombia.

Estas mujeres, encabezadas por Eliizabeth Giraldo y Liza Yomara García, también serán representantes de comunidades afro, raizales, palenqueras y LGTBI. Dentro del movimiento ningún hombre tiene aspiración real de poder, sin embargo, para la cuota de género correspondiente cinco hombres aliados en acción afirmativa prestaron su nombre y firma para estar en los últimos puestos de la lista.  

De los demás partidos y movimientos políticos se puede destacar la labor del Partido Liberal al contar con un 56% de mujeres inscritas para el Senado, Cambio Radical 47%. El Nuevo Liberalismo le apostó a las mujeres poniendo como cabeza a Mabel Lara y Julia Miranda, dando un mensaje de inclusión y participación. 

La Coalición Centro Esperanza, con Katherine Miranda, Partido de la U con Catherine Ibarguen y los Partidos cristianos MIRA y Colombia Justa-Libres con Ana Paola Agudelo, también decidieron contar con mujeres para encabezar estas elecciones, aunque sin la necesidad de contar con el porcentaje establecido de paridad. 

Como ciudadana, reconozco que conocer a fondo a cada uno de los 2.385 candidatos y candidatas es una tarea casi imposible, pero ello no nos excluye de participar y demostrar a través de nuestro voto que queremos un cambio. Ahora, como mujer veo con esperanza los avances que se están dando en comparación a las últimas elecciones, pero sé que aún falta camino por recorrer y que el 13 de marzo será una primera muestra de lo que se espera para los próximos 4 años. 

Así mismo, en Movilizatorio hemos visto que Colombia ha tenido un despertar que no debe perder fuerza, debe impulsarse cada vez más con pensamiento crítico y vocación para construir desde la diferencia.  Nuestra sociedad está reconociendo el valor de la mujer, no sólo por su condición sino por sus capacidades, porque cuentan con la misma preparación, educación, criterio y/o experiencia que los hombres. 

Si bien la igualdad ha estado encaminada a implementarse en sectores empresariales, institucionales o educativos de nuestro país, en los cargos de elección aún falta un gran camino por recorrer.  De ahí la importancia de que el sector público no sea el último en ejecutarlo ni mucho menos la excepción, por el contrario, ha de ser quien marque la pauta y la referencia en nuestra democracia. 

Más aún, teniendo en cuenta que Colombia, socio demográficamente está compuesta por 50% de mujeres, por lo que nuestras acciones, han de estar dirigidas en garantizar la representación con el mismo porcentaje en los espacios de poder y de toma de decisión. 

En ese sentido, se vuelve fundamental que desde el sistema se fomenten herramientas para que más mujeres se animen a estos espacios de liderazgo tanto en los públicos como en los privados. Nuestro país cuenta con mujeres empoderadas, capaces, que están listas para ocupar estos cargos y para debatir igualitariamente sobre los temas claves de la sociedad. 

De mi parte todo el apoyo a las candidatas que quieren cambiar la estructura política colombiana, las mujeres estamos listas para ocupar cargos de toma de decisión en cada uno de los escenarios que necesita el país. Esperamos que los debates en este caso se den con paridad, en dónde las mujeres no solamente hablemos de género, sino que participemos de distintas discusiones coyunturales del país.