Lo bueno, lo malo, lo bonito y lo feo del primer año de Petro en participación  

Por: jULIANA uRIBE

Nos prometieron el cambio vía la participación. Viniendo de la oposición por tantos años, y tras varios paros y un estallido social, las expectativas en esta materia desde las personas y las organizaciones eran muy altas. Un año después del inicio del Gobierno del Presidente Petro ¿qué ha pasado? 

Vimos el tema de la participación y del diálogo presentes en el discurso de Petro y de Francia al inicio del Gobierno, se abrieron los diálogos regionales vinculantes y fue la oportunidad para que voces ciudadanas hiciesen parte del proceso de toma de decisiones de un plan tan importante y tan ambicioso como lo es el Plan Nacional de Desarrollo. En este proceso hubo voluntad pero se vio desorganización, faltó una metodología clara, y hoy en día no sabemos con certeza cómo todas estas propuestas quedaron reflejadas o no en el documento final y cómo fue el proceso para hacerlas vinculantes, tal como se prometió. Del gobierno de izquierda se esperaba que hiciera lo participativo bien, con ganas y sólido en lo técnico después de haber estado al otro lado de la mesa por tanto tiempo. 

Por otra parte, hay sectores que no se sienten escuchados, especialmente el sector privado, sectores que no están participando en las conversaciones y esto, al final, es la misma fórmula que ha regido antes. La fórmula del “escucho a quienes me aplauden y acompañan” pero en realidad la participación necesita de voces diversas y se fortalece en esa multiplicidad de visiones. Aquí hay espacio no solo para invitar a voces opositoras, sino para innovar en la participación efectiva y dar pasos más sólidos y concretos hacia la inclusión. 

Nos preocupan los ataques a la prensa ¨promoviendo un escenario intimidatorio contra los medios¨ como lo señaló la FLIP; esto va mezclado con sus cada vez más visibles vinculaciones políticas y en general, la fragilidad con la que la ciudadanía percibe hoy a estas fuentes que pueden dejar sin recursos confiables cuando de información se trata. Sobre este último tema hay un graffiti de Cacerolo presentando a Vicky Dávila y Daniel Coronell recreando una famosa obra llamada “El Beso” para reflejar la conversación de la polarización en los medios de comunicación.

Tras un año de Gobierno, celebramos que las organizaciones sociales y los medios colombianos siguen siendo fuertes e independientes, y no se han convertido en un comité de aplausos ni han sido absorvidos por el Gobierno de izquierda, punto indispensable para el balance de poderes en una democracia. Dicho eso, sigue siendo esencial trabajar en 3 líneas: 1) seguridad a lídres y periodistas y libre expresión para evitar el cierre de espacio cívicos, especialmente en territorios 2) transparencia en la relación y financiación del Gobierno y las organizaciones sociales, y 3) continuar la labor de movilización y articulación de la ciudadanía en espacios de participación, incluidas las calles que no han podido ser conquistadas por Petro como él esperaba para apoyar sus reformas. 

Vemos una ciudadanía cada vez más activa, crítica y conectada con sus intereses y poder de transformar su realidad. Hay todavía mucho camino que recorrer ante la participación y es clave asegurar que ese impulso tenga una respuesta efectiva y el proceso sea transparente.

Solo serán posibles las grandes reformas o el avance en agendas tan ambiciosas como la de transición energética, la de paz total o las de seguridad social si la sociedad civil entra de forma mucho más activa a debatir, co-construir y liderar esas agendas. Al fin y al cabo, los gobiernos pasan, y nosotros somos los que nos quedamos.


*Juliana Uribe Villegas es CEO de Movilizatorio