Que nadie más lo sufra
Por: Enrique Gamboa
El agua fría le caía en el cuerpo mientras lloraba intensamente. Sus brazos, piernas, pecho y espalda estaban cubiertos de palabras ofensivas que recibía en su salón de clases: vaca, ballena, inservible, inútil fueron algunos los dardos dolorosos que oía diariamente. Escritas con un marcador permanente, su cuerpo estaba repleto de eso que tanto daño le hacía. Del llanto pasó a la rabia y con fuerza se fue quitando cada una de las letras, no solo del cuerpo sino de su interior. Salió del baño convertida en otra mujer.
Tenía 17 años y durante mucho tiempo tuvo que soportar agresiones verbales desde diferentes lugares. Una facción de su familia no tenía piedad y lanzaban sus supuestos chistes sin pensar siquiera en el daño que le podían hacer, en su colegio sus compañeros eran crueles y no podía caminar con libertad sin que en la calle le dijeran algo, porque parecía que todas las personas podían opinar . Sus comentarios no generaban risas, no eran tolerables y el único efecto que ocasionaban era un daño en su salud mental. Porque Aura empezaba a dejar atrás la adolescencia, una etapa de cambios y aprendizajes, que no suele ser fácil y lo fue mucho menos para ella.
Sumergida en una depresión empezó a entender que no hay personas iguales. Pero dentro de ella había una pequeña parte que intentaba salir adelante, una fuerza que empezó a conquistar de a poco su cuerpo, alma y mente. Ese crecimiento personal el cual derivaba en el empoderamiento de su cuerpo y personalidad estuvo acompañado de un hecho doloroso que le cambió la vida. El suicidio de María Victoria, una niña de 12 años víctima de bullying en Montería Córdoba hizo que la vida de Aura cambiara para siempre. Con la noticia aún dejando estragos en su corazón se propuso que nadie más volviera a soportar lo que ella y María Victoria tuvieron que vivir.
El luto aún no se iba cuando creó la campaña “Cero Etiquetas”, junto a su amiga de infancia y compañera incondicional hasta el día de hoy Carolina Pérez, quien también era víctima de ofensas por el color de piel buscaban la visibilización de esta problemática en todo el Municipio de Montelivano, Córdoba y todo el Departamento. Fue tan buena la acogida que inmediatamente se transformó en una iniciativa social basada en talleres para el fortalecimiento del autoestima a personas víctimas de matoneo, el corazón grande de Aura y Carolina también les brindaban un lugar a los victimarios, pues reconocían en ellos a otros actores que tenía que ayudar a cambiar sus dinámicas. Fue el 16 de junio de 2018 cuando inició su aventura en la ayuda a su población.
Lo más importante destaca Aura de trabajar en busca de eliminar estas tendencias es conocer la diversidad de las personas, sean físicas, sentimentales y de personalidades y que el amor propio es lo más importante. Su mensaje le ha llegado a muchos jóvenes que han reconocido sus miedos, fortalezas, metas y sueños. Cada persona tienen su propia historia que contar y han reconocido en ella a una líder valiosa en su comunidad.
Sus sueños siempre se han hecho realidad. Un día cuando salió de su baño después de una ducha fría y reparadora se imaginó vivir sin miedo. Hoy sueña con expandir todo su conocimiento que ha adquirido con su grupo de trabajo por toda Colombia.